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¿Qué son los Big Bags para amianto y por qué son obligatorios?
Los Big Bags para amianto, también conocidos como sacas para amianto, son envases de polietileno diseñados específicamente para almacenar, contener y transportar residuos y materiales que contienen amianto, como paneles de uralita, tubos de fibrocemento o escombros con restos de fibras de amianto. Estos residuos se generan comúnmente en labores de desamiantado, demolición, reformas de edificios antiguos o en cualquier operación donde se retire escombros de fibrocemento.
Lo que diferencia a los sacos para amianto de otro big bag cualquiera es que su uso no es una opción: es obligatorio en la mayoría de los países europeos, incluida España. La legislación en materia de residuos peligrosos establece con claridad que el amianto debe ser retirado, transportado y almacenado en envases seguros, cerrados, resistentes y debidamente etiquetados. Por ello, las sacas para amianto deben cumplir con una serie de características, es decir estar homologadas para su uso específico.
La normativa hace tanto hincapié en este tema debido a la peligrosidad que supone la liberación de fibras de amianto en el aire, pudiendo contaminar el entorno y afectando a la salud de las personas, causando enfermedades respiratorias graves como la asbestosis, el mesotelioma o el cáncer de pulmón. Por ello, el protocolo para su manipulación, almacenamiento y transporte es extremadamente estricto, y el primer paso tras su extracción es siempre embolsarlo en un recipiente homologado.
¿Qué bolsas utilizar para el amianto? (formatos, materiales y usos)
Existen diferentes tipos de bolsas y sacos para almacenar y desechar residuos de amianto, sobre todo en función del tamaño de los tubos o las placas de uralita ya que lo ideal es no romper las piezas que contengan amianto si no desmontarlas y desecharlas enteras para evitar la dispersión de fibras. Por lo tanto, la elección dependerá principalmente del tipo de residuo que se quiera almacenar: placas de fibrocemento enteras, fragmentos pequeños, sacos interiores con polvo o fibras sueltas, etc. Normalmente para un trabajo de desamiantado se requerirán varios tamaños, para los residuos más grandes y para los pequeños escombros.
Las opciones más comunes son:
- Bolsas de polietileno de alta densidad (PE): Se suelen utilizar para los pequeños restos y trozos de runa que contengan materiales peligrosos. Son resistentes, gruesas, con capacidad para evitar roturas o filtraciones. Generalmente transparentes o blancas, y con pictogramas de advertencia.
- Big Bags (PP trenzado): Sacos de polipropileno trenzado para objetos de gran volumen, con capacidades que van desde los 250 litros hasta 1.000 litros o más. El polipropileno utilizado como material estructural les otorga gran resistencia a la tracción, flexibilidad y durabilidad.
- Big Bags con bolsa interior (PP trenzado exterior + PE bolsa interior): Además de la estructura exterior de polipropileno trenzado, incorporan un revestimiento interior de polietileno (PE) en forma de bolsa interior que actúa como barrera contra el polvo y las fibras de amianto. Ideales para polvo, restos triturados o amianto friable.
Todas las bolsas o sacas independientemente del tamaño deben ir señalizadas advirtiendo del contenido en Amianto conforme la normativa de residuos peligrosos.
Los formatos más pequeños son útiles para tareas puntuales o zonas de difícil acceso, mientras que los big bags con mayor volumen se emplean en operaciones industriales o proyectos de desamiantado en gran escala.
Características técnicas que deben tener las bolsas para amianto:
Como ya os habréis dado cuenta, no cualquier saco o bolsa de plástico sirve para contener residuos con amianto. Todo contenedor o recipiente destinado a la gestión de residuos de amianto debe cumplir con una serie de especificaciones técnicas para poder ser utilizados de forma segura y legal en tus labores de desamiantado o descontaminación.
Material, espesor y señalización de los sacos y bolsas para amianto
Los materiales utilizados para la fabricación de sacas big bag de amianto son el polipropileno trenzado de alta densidad en los sacos de gran tamaño y un liner de polietileno si llevan un revestimiento interior. En las bolsas de menor tamaño se utiliza solo el polietileno como material de fabricación.
Estos materiales son ideales por su resistencia al desgarro y durabilidad, lo que permite almacenar y sellar los residuos en su interior de forma segura y minimizar el riesgo de fugas.
El espesor mínimo por normativa es de 150-200 micras. Las big bag suelen ir acompañadas de un refuerzo interior para impedir la dispersión de fibras que suma un mayor espesor.
En cuanto a la señalización, toda bolsa o saco debe incluir:
- Etiqueta de residuos peligrosos (pictograma GHS08: riesgo para la salud)
- Texto visible “Contiene Amianto – Riesgo para la salud”
- Código europeo de residuos (LER 17 06 05*)

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¿Se debería envolver el amianto antes de almacenarlo?
Es recomendable envolver los residuos que contengan amianto antes de introducirlos en el saco o big bag. Sobre todo aquellos que tengan bordes cortantes o en los casos que exista riesgo de perforar la bolsa. Lo ideal sería envolverlos en polietileno ya que es un material plástico resistente que añadirá una capa extra de protección, ayudando a minimizar la liberación de fibras durante la manipulación y transporte de los residuos.
En muchos casos, las empresas de gestión de residuos exigen que los restos estén primero en bolsa individual y luego en big bag colectivo, sobre todo cuando se trata de fibras sueltas, amianto friable o restos pulverizados.
Este proceso no solo es recomendable, sino que forma parte de los protocolos de seguridad laboral en obras con amianto.
¿Cómo cerrar las big bag con fibrocemento y restos de amianto?
El correcto sellado de los sacos y bolsas es un paso vital para garantizar la seguridad de las operaciones de desamiantado. El objetivo es asegurar que no haya escape de fibras durante el transporte o almacenamiento. La forma de sellado varía según el tipo de envase.
Sellado de bolsas pequeñas de Polietileno: métodos recomendados
Para sellar correctamente las bolsas para amianto de polietileno es fundamental garantizar la estanqueidad para evitar fugas y para ello, aunque existen varios métodos de cierre, lo recomendable es aplicar más de uno por seguridad.
- Doble nudo manual: Consiste en girar la boca de la bolsa sobre sí misma y realizar dos nudos firmes. Esta técnica es especialmente útil cuando no se dispone de herramientas adicionales y se realiza el embolsado in situ.
- Cierre térmico: Requiere de una selladora industrial que funde y une las capas de polietileno, creando un cierre totalmente hermético. Este tipo de sellado es el más seguro desde el punto de vista técnico, ya que elimina prácticamente cualquier posibilidad de fuga, aunque requiere equipo especializado.
- Cinta adhesiva industrial: Como medida de seguridad adicional es recomendable reforzar el sellado con cinta de color rojo o negro visible.
En todos los casos, se debe verificar que no queden aberturas ni zonas mal selladas. Las empresas gestoras pueden rechazar bolsas mal cerradas por incumplimiento normativo o riesgo de contaminación.

Sellado de Big Bags con liner interior: cómo realizar un cierre seguro
Los sacos grandes o Big Bags que incorporan un liner o revestimiento interior de polietileno están especialmente diseñados para contener residuos de amianto en forma de polvo, fibras sueltas o materiales friables. Este revestimiento interno actúa como una barrera adicional que impide la liberación de partículas peligrosas, incluso si el saco exterior sufre desgaste o pequeños daños.
Para garantizar la seguridad en el transporte y almacenamiento, es imprescindible que tanto el liner como el saco exterior se cierren correctamente. A continuación, explicamos los pasos recomendados para garantizar el correcto sellado de una big bag con asbesto:
- Sellado del liner interior: Cerrar herméticamente el liner, que no es más que una bolsa de polietileno adherida al interior del big bag. Puede cerrarse con una brida de nylon resistente ajustada alrededor del cuello del liner, utilizando un cierre térmico con máquina termoselladora (si se dispone) creando una unión hermética o en algunos modelos el liner incluye cordones de cierre para ello.
Antes de pasar al siguiente paso, revisar que no queden pliegues abiertos o zonas mal cerradas, ya que eso comprometería la estanqueidad del conjunto.
- Cierre del faldón superior del big bag: Para cerrar el saco exterior, los sacos homologados suelen incluir un faldón superior para enrollarse y doblarse hacia dentro del saco y sujetarse con un cordón o brida externa. Además algunos modelos tiene un sistema de solapa con velcro integrado.
El objetivo es lograr un doble cierre (liner + faldón), que asegure que no haya exposición directa al contenido durante el transporte o almacenamiento.
- Verificación y Marcaje: Finalmente se debe comprobar visualmente que el liner no sobresalga ni esté roto y que el faldón esté totalmente asegurado. En cuanto a la señalización, debemos comprobar que esté totalmente visible.
En muchos casos, las empresas transportistas o los gestores de residuos no aceptan big bags mal sellados, por lo que seguir estos pasos es crucial para evitar sanciones y garantizar la seguridad del equipo humano y del entorno bolsas mal cerradas por incumplimiento normativo o riesgo de contaminación.

Cómo identificar una bigbag para amianto homologada
Para considerar apto un saco para desechar uralita debe cumplir con una serie de requisitos técnicos y normativos para trabajos con amianto en España, establecidos en el Real Decreto 396/2006 así como en reglamentos europeos sobre clasificación y etiquetado de sustancias peligrosas.
A continuación hablaremos en detalle sobre los elementos esenciales que debe incorporar.
Material y Resistencia: Los sacos de amianto o bolsas para uralita deben estar fabricadas con materiales de alta resistencia mecánica, generalmente polietileno de alta densidad (PE-HD) o polipropileno tejido con tratamiento UV si estarán expuestas al sol. Los bigbags grandes suelen ser de tejido exterior de polipropileno y un refuerzo interior de polietileno para mayor seguridad. Utilizar este tipo de materiales en su composición garantiza que no se deterioren ni se rompan durante la manipulación, transporte o almacenamiento.
Sistema de doble cierre: Es obligatorio que las sacas de amianto permitan un sellado hermético, preferiblemente mediante doble sistema de cierre. Por ejemplo un liner o revestimiento interior con brida, termosellado o cordón, más un faldón superior doblado y atado en el caso de las big bags.
Espesor del material: El grosor del material es recomendable que sea igual o superior a las 150 micras para bolsas de polietileno (PE). Lo suficiente para garantizar una resistencia y seguridad que evite roturas o fugas.
Marcaje obligatorio: Todas las sacas o bolsas destinadas a contener residuos de amianto o restos de uralito y fibrocemento, deben tener un marcaje visible y permanente. La información que deben reflejar es:
- Pictograma GHS08 (riesgo para la salud) según el Reglamento CLP
- Texto “Contiene Amianto – Riesgo para la salud”
- Código LER del residuo: 17 06 05*
- Nombre del fabricante o proveedor
- Código de lote o número de serie para trazabilidad
Normativa para sacas de amianto: Además de los requisitos anteriores, todas las sacas para uralita deben cumplir con la norma UNE-EN ISO 21898 si son big bags (FIBC), garantizando que han sido diseñadas para el transporte de materiales peligrosos sólidos a granel.
¿Dónde comprar big bags certificados para amianto?
En España existen distribuidores que comercializan sacas específicas para amianto, con todas las garantías técnicas y legales. Sabemos lo importante que es adquirir estos productos solo a través de proveedores especializados que aseguren la conformidad normativa de los productos, por ello en Episamianto.com queremos diferenciarnos como la mejor plataforma online especializada en proveer a empresas como la tuya de todo el material que necesiten para sus labores de desamiantado.
CUIDADO, por que comprar big bags no homologados o sin los marcajes obligatorios puede suponer infracciones graves, tanto para el gestor de residuos como para la empresa que realiza la retirada.
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Preguntas frecuentes sobre las bigbag para amianto:
¿Los big bags son fiables para almacenar y transportar amianto?
Sí, están específicamente pensados para almacenar y transportar el amianto, minimizando el riesgo de liberación de fibras y contaminación ambiental. Si se trata de un big bag homologado para restos que contienen amianto, es la mayor garantía de seguridad para ese uso específico.
¿Qué características debe tener un saco big bag para amianto?
Un big bag para amianto debe estar fabricado con materiales resistentes e impermeables como polipropileno o polietileno, y contar con un liner interior para evitar fugas de fibras. Además, debe incluir cierre hermético, pictograma GHS08, la leyenda “Contiene Amianto – Riesgo para la salud” y el código de residuo 17 06 05*. Solo los modelos homologados cumplen con la normativa española.
¿Se puede usar cualquier bolsa para almacenar amianto?
No. El amianto es un residuo peligroso por el riesgo de liberación de fibras y su manipulación está regulada por el Real Decreto 396/2006. Las bolsas que se usen deben ser homologadas y específicas para este uso (espesor, cierre, señalización y resistencia). Utilizar bolsas cualquiera puede suponer sanciones graves y poner en riesgo la salud de los trabajadores y del entorno.
¿Qué diferencia hay entre una bolsa de polietileno y un big bag con liner?
Las bolsas de polietileno o PE, se utilizan para cantidades o trozos de escombro pequeños de residuos o como embolsado previo. Por otro lado, los big bags con liner interno permiten transportar grandes volúmenes y ofrecen una doble protección gracias a su revestimiento interior. Por eso, son la mejor opción para grandes placas o paneles de uralita, residuos friables o polvo de amianto, ya que evitan totalmente la liberación de fibras.